Szórakozás a karatén időszak előtt, alatt és után – Kurucz Imre letölthető előadása a Media Digital Hungary konferenciáról
Es casi un tópico decir que el coronavirus lo ha cambiado todo: ha afectado (y sigue afectando) a cómo trabajamos, estudiamos, compramos, consumimos y, por supuesto, a cómo y qué hacemos con nuestro tiempo libre. ¿Cómo ha cambiado el toque de queda nuestra forma de divertirnos? ¿Cómo pasamos el tiempo en la "cuarentena"? Ya exploramos el tema en mayo -y presentamos los resultados en Media Digital Hungría-, pero sigue siendo instructivo ver a qué llegamos. Por un lado, porque muchos de los efectos se siguen notando hoy en día, y por otro, porque está cantado que la situación primaveral se repetirá en un futuro próximo.
Quizá no sorprenda que durante el periodo de cuarentena tuviéramos más tiempo libre que antes. Mientras que en 2019 el 38% de las personas sentían que tenían menos tiempo libre del que les hubiera gustado, en primavera esta cifra descendió al 26% -con un aumento de la proporción de personas que sentían que tenían demasiado tiempo (del 13% al 35%). Por supuesto, esto puede explicarse por disponer de más tiempo, por ejemplo por ahorrar tiempo de viaje o, peor aún, por haber perdido el trabajo, pero la sensación de "demasiado tiempo libre" también puede ser el resultado de no poder llenarlo de contenidos. Y efectivamente: menos experiencias, menos experiencias nuevas y algo más de aburrimiento, eso es lo que declaran los residentes en cuarentena.
Si analizamos más detenidamente lo que hacíamos cuando no podíamos (o no debíamos) salir de casa, las pantallas y los dispositivos digitales de todo tipo son claramente los más populares. Ver la televisión supone una quinta parte del tiempo, pero si añadimos ver películas, navegar por Internet y utilizar las redes sociales, ya hemos cubierto más del 50% del tiempo dedicado al entretenimiento. Y a actividades como la lectura, los deportes, los juegos tradicionales (no digitales) y las actividades creativas, dedicamos algo más de una décima parte de nuestro tiempo.
Sin embargo, es interesante observar que si comparamos este mapa de actividades con lo que experimentamos cuando las cosas van "normalmente", no observamos una diferencia drástica. En otras palabras, nuestro tiempo libre parece estar dominado por las pantallas de todos modos, y este dominio sólo se rompe ocasionalmente por otras actividades. Sin embargo, estas ocasiones tienen un gran impacto en el sentido que damos a nuestro tiempo de ocio, por lo que si tenemos que renunciar a ellas, esto marca una diferencia en el panorama general, y si además supone una pérdida económica, puede ser especialmente doloroso. El 31% de los húngaros de 18 a 65 años ha tenido que cancelar una actividad de ocio previamente reservada o pagada debido a la situación epidémica: el 14% tuvo que cancelar un viaje a Hungría, el 10% al extranjero y el 8% a un festival.
En el momento de la encuesta, ya se veía una luz al final del túnel, pero la mayoría pensaba que pasaría menos tiempo en el extranjero o en actividades de ocio para grandes grupos en un futuro próximo, aunque tuviera la oportunidad de hacerlo. En aquel momento, dos tercios de los encuestados afirmaron que evitarían definitivamente los grandes acontecimientos a corto plazo, y casi uno de cada dos pensaba que pasaría más tiempo en casa.
Desde entonces, ha pasado el verano y hemos experimentado lo que se siente cuando la cautela se sustituye poco a poco por el deseo de experiencias y contacto humano. La pregunta ahora es si volverá la situación primaveral: si volveremos a encerrarnos con nuestros dispositivos digitales, si las pantallas volverán a ser el único entretenimiento para muchos.
Imre Kurucz
La ponencia presentada en la conferencia Media Digital Hungary puede descargarse aquí:
También le puede interesar
ES 
HU 
EN 
DE 
FR